La sociedad y la pluralidad de los miembros que la componen ha deseado en todos los tiempos poseer su propio espacio habitable y manifestar por su medio el alcance de sus aptitudes y la selección de su gusto; motivada por este impulso, seleccionaba con cuidado al constructor que pudiera dar respuestas a sus necesidades - tanto de comodidad como de presencia- hasta obtener el espacio soñado como escenario de vida íntima y de sus apariencias sociales.