El concepto "Centro Histórico" no parece presentar dificultades para nadie, y los lugares que esa definición precisa, poniendo de relieve su antigüedad y su pintoresquismo, son en general los mejor protegidos. En cambio, otras muchas ciudades de idéntico valor, pero cuya calidad arquitectónica es más difícil de percibir, no reciben los cuidados que merecen; por otro lado, urbes en plena expansión, más notorias por su dinamismo que por los vestigios de su pasado, descubren hoy el encanto y la belleza de viejos barrios poco estimados.